La agrupación juvenil “Retumba la prole” sacudió la indiferencia de los turistas y burócratas con un sonido agradablemente carrasposo. El retumbar del tambor era un mensaje en la plomiza Plaza Grande, volteando la mirada de cualquier curioso. Y ahí, en el instante que captaban su atención, se veía la imagen de Samuel Chambers, junto a la de otras personas desaparecidas.
Eran las 10:30 del pasado sábado cuando el ambiente se empezó a agitar frente al Palacio de Carondelet. Más de tres decenas de personas gritaban: “¡Nadie se cansa!”. Lo hacían con indignación. Con un aliento inagotable. Con sed de justicia. Sabían que habían pasado cuatro años desde que apareció el cadáver de Chambers, sin su cabeza y sus manos. Y hasta el día de hoy, los entes estatales no han atrapado a los culpables ni han recuperado las partes faltantes del cuerpo.
Por eso protestaban. Por eso se habían reunido sus familiares y amigos y personas que, desde que cayó esta pesadilla, se han unido a colaborar en la búsqueda. Todos manifestándose para que el caso no quede impune. Y ahí estaba quienes nunca han bajado los brazos al momento de encontrar a los suyos. Ahí estaba, por ejemplo, María Fernanda Restrepo y María de Lourdes Mejía, presidenta de Desendor (Desaparecidos en Ecuador). Ambas junto a los familiares de Chambers, ambas apoyando en cualquier necesidad.
Mariuxi Rosas, tía de Samuel, indicó que a raíz de la pandemia, el caso de su sobrino está estancado:
“No tenemos razones. La gente que tenía que ir a dar testimonios y todo, no se sabe nada de ellos. No han sido llamados. La Fiscalía ha parado totalmente el caso. No se sabe nada sobre sus manos, sobre su cabeza. Eso está totalmente en la impunidad. Y estamos en la lucha”.
Cerca del mediodía, el grupo de personas que protestaba en la Plaza Grande, se movilizó a pie por las calles del Centro Histórico. Mostraban las pancartas y los gritos seguían pidiendo justicia. La movilización se dirigió al Cumandá, donde otro grupo de ciudadanos se organizaba y preparaba el lugar para realizar el “Primer Festival Artístico Samuel Chambers”.
Cerca de 120 personas, aplaudiendo en varios momentos, con alguna sonrisa risueña, disfrutaron de una obra teatral, música en vivo y palabras de homenaje para un ser especial que acarició sus vidas, el príncipe hippy.

Fuente: Pichincha Universal, Diario Bicentenario