El área de salud ha sido la más afectada por la desvinculación de médicos y enfermeras durante la pandemia.
Adrián Acosta
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social contaba con 36.884 funcionarios en mayo de 2021, cuando asumió el mandato el presidente Guillermo Lasso, de acuerdo con información oficial de la institución.
Después de nueve meses de administración de Lasso, a febrero de 2022, la nómina bajó a 35.059 empleados, lo que refleja un recorte de 1.825 funcionarios.
Los recursos mensuales destinados al pago de salarios bajaron de, USD 52´109.670 en mayo de 2021, a USD 49´807.489 en febrero del presente año, es decir hay una diferencia de USD 2´302.181.
Una de las áreas más afectadas por el recorte de personal es el de Salud, pese a que aún estamos en pandemia por el Covid-19.
Los últimos despidos se ejecutaron durante el reciente feriado de carnaval. En el hospital Carlos Andrade Marín, el más grande del IESS, 59 médicos y profesionales de la salud fueron notificados con la terminación de contrato de servicios ocasionales temporal, por cumplimiento de plazo.
Las acciones de personal fueron suscritas el sábado 26 de febrero por Daniel Rodríguez Villalba, gerente general encargado de ese centro hospitalario.
El 01 de marzo fueron despedidos 8 médicos y 17 enfermeras del hospital San Francisco, ubicado en el norte de Quito. La notificación fue realizada, mediante sistema Quipux, por el director Administrativo de esa unidad, Carlos Burneo Aguirre.
Ese fue el reconocimiento del gobierno a estos profesionales que estuvieron en primera línea durante la pandemia y que fueron calificados en reiteradas ocasiones como héroes por las autoridades.
Los despidos a los profesionales de la salud serían ilegales porque contrarían la Ley de Apoyo Humanitario, aprobada en el gobierno de Lenin Moreno durante la pandemia.
El artículo 25 establece que los trabajadores y profesionales de la salud que hayan trabajado durante la emergencia, con un contrato ocasional o nombramiento provisional, previo al concurso de méritos y oposición, serán declarados ganadores del respectivo concurso público y se les entregará el nombramiento definitivo.
Durante el tiempo que prestaron servicios, muchos de los hoy despedidos denunciaron que no gozaron de vacaciones, ni tampoco contaron con permisos por enfermedad. En algunos casos, dos médicos atendieron hasta 80 pacientes diarios.
Los galenos también revelaron que atendían en un completo hacinamiento, con frío y sin ventilación.
A la reducción del personal médico en los hospitales del IESS, se suma la falta de medicamentos, lo que ha obligado a que los propios pacientes adquieran sus recetas de manera particular.
Las deudas que mantiene el IESS con clínicas privadas, por derivación de pacientes, ahonda la crisis en el área de Salud. Esto motivó que los centros privados suspendan la atención a los afiliados al Seguro Social.
Una de las clínicas que decidió no recibir a pacientes del IESS es la clínica El Batán.
Quienes resultan afectados por el manejo de la institución son los afiliados que, ante la falta de médicos, equipos y medicinas, han recurrido a centros hospitalarios privados y han debido pagar costos elevados, para lo cual en muchos casos, han tenido que endeudarse.

Fuente – Pichincha Universal, Diario Bicentenario.